Al súper por ☕️café y 🍫chocolate

El otro día, estaba en la cola del súper con dos cosas en la mano: una bolsa de café y una tableta de chocolate.

Delante de mí, había una señora mayor revisando sus monedas con toda la calma del mundo mientras el cajero le sonreía pacientemente. Yo, en cambio, revisaba mentalmente todo lo que tenía que hacer ese día. Ya sabes, esas listas de pendientes que parecen nunca acabar.

Entonces, pasó algo curioso. La señora terminó de pagar, agarró su compra y, cuando ya iba saliendo, se dio la vuelta y le dejó una chocolatina al cajero.

—Para ti, hijo, que estás aquí todo el día con una sonrisa.

Él se rió y le dijo:

—¡Gracias! Este es mi favorito.

Y ahí me quedé yo, con mi café y mi chocolate en la mano, pensando en lo fácil que es hacer sentir especial a alguien. No hace falta una gran razón ni un día señalado en el calendario. A veces, un pequeño detalle puede cambiarle el día a alguien.

Y, claro, ahí mismo pensé: si con una chocolatina la señora ya hizo feliz al cajero, imaginate lo que puede hacer un regalo pensado con intención. Algo con su nombre, con una frase especial, con un poquito de esa conexión que tienes con esa persona.

No sé, si tienes a alguien en mente ahora mismo, igual es el momento de sorprenderle. 😉🎁